La planta del tabaco pertenece al género Nicotina, familia botánica de las
Solanáceas. Esta planta tiene grandes hojas y hermosas flores, además de una
gran altura, igual o mayor que la de una persona adulta.
Esta planta es la única que sintetiza y luego conserva en sus hojas secas
un potente alcaloide que recibe el nombre de nicotina y que da el nombre a su
género vegetal.
Existe una gran diversidad de variedades del género Nicotina (más de 60).
Las dos más importantes son la Nicotina Tabaco, de la que se extrae el tabaco
comercial y la Nicotina Rústica, que no se utiliza tanto por su sabor menos
agradable.
Durante años, las hojas de esta planta se consumían aspirada en polvo muy
fino (rapé), o se mascaban (tabaco de mascar). También se pueden fumar en forma
de puros: cigarro formado en su integridad por tabaco, tanto en su contenido
como en su envoltura, en forma de cigarrillos: con el contenido de tabaco, pero
el envoltorio de papel o en las pipas de fumar.
Del humo que se desprende de la combustión del tabaco se
desprenden un gran número de sustancias (se habla de 3.000-4.000),
aparentemente todas ellas negativas excepto el vapor de agua, pero vamos a
centrarnos en aquellas cuya influencia sobre la salud del fumador (activo o
pasivo), existe en la actualidad evidencia científica.
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